El cicloturismo está de moda, es una forma diferente de hacer turismo, un tipo de turismo saludable y sostenible, que evita la contaminación ambiental, ya que moverse en bicicleta en lugar de en un vehículo a motor, disminuye la contaminación del aire, mientras cuidamos de nuestra salud y de nuestra economía.
Además de las rutas que podemos recorrer diariamente, cercanas a nuestro lugar de residencia habitual, se pueden realizar diferentes viajes nacionales e internacionales, por ejemplo, en Europa son famosas las rutas de los Castillos del Loira o el Lago de Costanza. En España, podemos recorrer la zona del Parque Natural de la Albufera y sus alrededores, donde se mezclan la vida urbana y la rural.
Lo recomendable es viajar por las rutas habilitadas para ello, ya que de este modo nos podemos beneficiar de servicios de descanso y avituallamiento. Pero lo primero que haremos antes de cualquier viaje, será comprobar el estado de nuestra bicicleta, de las ruedas y de los frenos principalmente.
Debemos tener a mano un mapa donde reconocer la ruta y los lugares por los que vayamos a viajar. Siempre es recomendable planificar los tiempos de salida y llegada, atendiendo a nuestras capacidades y condiciones físicas.
Hay que prever también provisiones de agua y alimentos, sobre todo si vamos a viajar por zonas despobladas o perdidas, y llevar algunos recambios para la bicicleta, como unos parches por si sufrimos un pinchazo. También nos procuraremos un botiquín, ropa de abrigo en invierno, o cremas solares en verano, dependiendo de la ruta que hayamos elegido.
El cicloturismo no contamina y es una forma muy económica de viajar. Viajando en bicicleta se conocen los lugares de manera diferente, a pie de calle, las tiendas locales, los pueblos y aldeas de interior, rutas por la costa o por la montaña. Con la bici se disfruta del entorno en libertad, se recorre el mundo a la velocidad adecuada. Por lo tanto, un viaje en bicicleta nos permite conocer el mundo sin prisas, saboreando cada momento.
El cicloturismo no es solamente una forma de viajar, ni tampoco es una manera de hacer turismo, es un desafío, debemos enfrentarnos a días fríos, lluviosos o calurosos, a pinchazos, imprevistos y a caminos duros si somos de los más exigentes. Es una forma de vivir en la que no se persigue el lujo o el relax, si no que lo que se busca es vivir una experiencia llena de vida, de aventura, de contacto con la naturaleza y de libertad.