Bueno, quizá nos hemos sobrepasado haciendo una afirmación tan osada teniendo en cuenta que la Comunidad Valenciana es un terreno propicio para los balcones naturales gracias a su espectacular orografía.
Pero lo que no se podrá negar de esta ruta que podemos recorrer en bicicleta es que es la que más miradores concentra en un menor número de kilómetros. Y es que con una ruta de apenas 33 kilómetros podemos llegar a acercarnos hasta a, ni más ni menos…¡que 15 miradores distintos! Así que prepara el carrete (aunque sabemos que esta expresión ya queda un poco desfasada) porque te vas a poner fino a base de vistas espectaculares.
Ah, que todavía no os hemos hablado de la localización de esta ruta de los miradores. Recuerda su nombre: Jávea. Y aquí te indicamos los 15 miradores que puedes encontrarte.
Este primer mirador nos presenta uno de los atardeceres más impresionantes de la costa. Empezamos fuertes teniendo en cuenta que hay 14 más, pero es que este mirador que separa Jávea con Dénia nos permite observar desde el mejor lugar la bahía de Jávea junto al Cap Prim.
Nos acercamos al Mirador els Molins con nuestra bici, donde podremos observar unas vistas panorámicas a todo el municipio valenciano. Desde este mirador podremos descender hacia el puerto de Jávea para encaminarnos a los siguientes miradores, en este caso más cercanos a la costa.
Puede que la espectacularidad no sea la misma que la del Cap de Sant Antoni, pero desde el Mirador de la Punta del Arenal podremos pararnos con nuestra amante (nos referimos a la bicicleta, por descontado) a contemplar desde otra vertiente el propio Cap de Sant Antoni al fondo. Cuestión de perspectivas.
Este mirador tiene cierta historia, ya que cuenta con un canal excavado sobre el toscar que se utilizó en la época romana para dar entrada al agua del mar. Igual que el mirador de la Punta del Arenal, nos permite observar a pie de playa las vistas al mar mediterraneo, que en los días de calma parece una balsa infinita.
El siguiente salto de mirador en mirador lo damos al de Cala Blanca, al que accederemos por el Camí de Cala Blanca (como ves no tiene pérdida). Cala Blanca se compone de tres calas de aguas cristalinas, aunque no sean de acceso sencillo. Eso sí, los que se acercan a ellas obtienen su recompensa en forma de tranquilidad. De esos sitios en los que todo parece estar en su estado natural. Desde este mirador podremos vislumbrar con un poco de perspectiva las diferentes calas.
Muy cerca de este mirador podemos encontrar el Mirador de Caletes, al que se accede a través de un pequeño sendero. Si vas en bicicleta de carretera, puede que prefieras ahorrarte el acceso al mismo, ya que no es especialmente cómodo acceder a él con las calas a cuestas. Eso sí, te estarás perdiendo una perspectiva muy especial de los acantilados de Jávea, repleto de pequeñas calas poco accesibles pero con mucho encanto.
Progresivamente vamos ascendiendo poco a poco, y nos encontramos a pie de carretera un pequeño mirador que parece que quiera pasar desapercibido, pero que arroja unas vistas a la pequeña Isla del Portitxol. Por cierto, desde este mirador puedes acceder a Cala Sardinera, una de las calas más tranquilas de toda Jávea. Además, también conecta con varias rutas de senderismo.
Adentrándonos en la urbanización Mar Azul podemos encontrarnos con otro mirador algo más escondido que los anteriores, si bien su acceso no es demasiado complicado. Este mirador nos brinda vistas tanto de la Isla del Portitxol como de Cala Barraca, y también se aprecia el Cap Negre. Aunque no es nuestro favorito te pilla de paso de camino al siguiente mirador.
No salimos de la urbanización y todavía nos topamos con otro camino, al que se accede a través del Carrer Pagre. Ahí te encontrarás con un pequeño camino de tierra que te llevará al mirador, que por cierto cuenta con un banco en el que sentarte a contemplar las vistas panorámicas a todos los miradores por los que habrás pasado antes. A pesar de estar muy cerca del Mirador de l’Illa, las vistas de este mirador se presentan mucho más despejadas.
Nos vamos acercando con nuestra bicicleta y ascendemos algunos metros para llegar al Mirador del Cap Negre por el carrer del Cap Negre. En los días despejados se vislumbran puntos de la costa valenciana ubicados a cientos de kilómetros. La perspectiva es mágica, y también valga decir que cuando llevas 10 miradores a tu paso es posible que ya no te queden palabras para describir las vistas. Así que lo mejor que puedes hacer es contemplarlas en silencio.
Accediendo por la calle Enrique Granados, ubicada dentro del núcleo del Balcón del Mar, nos encontraremos con un fácil acceso al Mirador del Cap de la Nau, que podrás identificar rápidamente porque justo en el mismo encontrarás un restaurante que se llama…El Mirador. Pueden no ser originales, pero para qué ponerle otro nombre si la realidad es que sus vistas es lo que realmente destaca. También puedes acercarte al Faro de Cap de la Nau, ubicado a pocos metros.
Si avanzamos un poco por la calle de Cap de la Nau podemos acceder al Mirador de les Pesqueres, desde donde podemos observar el faro y las distintas urbanizaciones que se encuentran en Jávea.
El Mirador de Ambolo, que suena a nombre de delantero centro de metro noventa y buen rematador de cabeza, sí que tiene como cualidad una vista que puede llegar a dar algo de vértigo. Desde este mirador podremos observar la isla del descubridor, un pequeño islote al que se encuentra muy cercano a la costa. Hace unos años se podía acceder a una cala cercana muy bonita, pero el riesgo de desprendimientos obligó a cerrarla. De todos modos, en bicicleta no es nada accesible, así que un motivo más para no tomar riesgos.
En un pequeño desvío accediendo desde la carretera de la Granadella podremos acudir al mirador del Castell de la Granadella, desde donde podremos observar las vistas a las ruinas del antiguo castillo de la Granadella, de la que apenas quedan unos pocos restos históricos.
El Mirador de la Granadella es el emplazamiento con el que pondremos punto y final a nuestro encantador paseo por la costa de la Comunidad Valenciana en bicicleta. Si tenemos tiempo, podemos acercarnos desde este mirador al Castell de la Granadella que os hemos mencionado, si bien el camino puede hacerse algo incómodo yendo con la bici a cuestas.
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