Los puertos de montaña se han convertido en una de las grandes obsesiones de los amantes del ciclismo de carretera. Son pequeñas conquistas, trofeos que gusta rememorar, con el especial interés que generan los más duros. Suelen suponer además una fuente de paisajes y miradores sin igual, lo que hace aún mayor el atractivo de su conquista a pedales. Valencia no es una excepción, y la provincia se encuentra repleta de puertos por descubrir…y también por sufrir. Aquí te traemos 10 de los más atractivos.
El alto de Alcublas es uno de esos puertos para todos los públicos: no muy largo, rampas de poca exigencia y asfalto en buen estado. No te vas a dejar la vida ascendiendo, pero no por ello es menos atractivo.
Se puede conquistar por dos vertientes de exigencia similar. Un promedio en torno al 5% y aproximadamente 5 kilómetros de subida placentera por una carretera por lo general poco transitada. La ascensión además va de más a menos, con dos primeros kilómetros algo más duros, a partir de los cuales se hace mucho más placentera la escalada.
Podríamos resumirlo como un puerto de los que viene bien para abrir boca, pero no como reto. Por cierto, fue puerto de paso en una de las etapas de la Vuelta a España 2019.
Si el primer puerto mencionado puede considerarse un paseo para muchos, no se puede decir lo mismo del Alt del Pi combinado con el Garbí: algo más de 7 kilómetros con una pendiente media del 8% y rampas máximas del 16%. Sí, aquí ya hablamos de palabras mayores, con casi 600 metros de desnivel positivo. Como ventaja, probablemente encuentres pocos coches en la ascensión. Como desventaja, valga decir que el estado del asfalto no hace que sea una escalada precisamente favorable. Por lo menos hasta alcanzar la cima del Garbí, ya que a partir de ahí el tramo de subida hasta el Alt del Pi cuenta con un nuevo asfaltado.
El descansillo en la cima Garbí te sabrá a gloria, más cuando vendrás de haber superado unos cuantos rampones de dos dígitos que te dejan con poco aire en los pulmones.
Tras este descansillo, coronar el Alt del Pi aparentemente parecerá más asequible por el reasfaltado, pero será una mera ilusión cuando volvamos a ver otra vez enfrente nuestro rampas de dos dígitos, con otro 16% cuando estamos a punto de rematar la faena.
Hemos mencionado el Garbí en combinación con el Alt del Pi, pero está claro que por sí solo esta cima ya es un reto de grandes dimensiones. Puede ascenderse desde Estivella o desde Segart, y su cercanía con las localidades de Sagunto y Valencia hace que esté bastante transitado por ciclistas.
Al encontrarse inmerso dentro del Parque Natural de Sierra Calderona podremos disfrutar en todo momento de un paisaje apacible y muy acogedor…que puede que no disfrutes del todo cuando las rampas se pongan exigentes.
Por cierto, en este puerto hemos vivido algunos momentos apasionantes de la Vuelta a España, con un recordado ataque lanzado por Alberto Contador a Chris Froome en la edición de 2017 que puso al británico en serios apuros.
Puerto sin tregua y para ciclistas preparados para emociones fuertes.
Si hay que seguir hablando de puertos de infierno, se habla. Y Montdúver es otro de esos puertos de montaña de infarto valencianos. Aunque la subida puede situarse en Plá de Corrals, se podría considerar que el ascenso propiamente dicho no se pone serio hasta alcanzar La Drova, una urbanización aparentemente tranquila…a no ser que te dé por ascender a Montdúver, porque en ese caso de buenas a primeras te enfrentarás a un rampón inicial del 23%. Y eso estando todavía rodeado de chalets, imagínate la pereza que debe dar ir a visitar al vecino que está en la parte más alta de la urbanización.
El caso es que una vez superes, no sin algo de estupor, esta durísima rampa, daremos con el camino que lleva a la cima, con promedios más relajados del 10-12%. En mitad de la ascensión, el asfaltado pasará a ser cemento, por suerte en buen estado, e incluso contaremos con alguna zona que nos dará un respiro.
Pero ese respiro es un dardo envenenado, pues lo que viene a posteriori vuelve a ser un infierno: paso por varias curvas de herradura prominentes y bastante exigentes, con rampones del 20% y rostros asegurados de arrepentimiento por haber decidido subir hasta allí. Dice la leyenda que en la quinta curva de herradura, si el puerto huele tu miedo se te rompe la cadena.
Eso sí, las vistas son inmejorables, con un mar observable en su inmensidad y donde pones en perspectiva la magnitud del reto superado. Contando desde el inicio de la ascensión en La Drova, poco más de 4 kilómetros con un promedio por encima del 11%. A ver qué puerto supera esto…
Si todavía andas asustado con el puerto de antes, este es algo menos asequible. El Remedio por Chelva implica un ascenso de unos 8 km y una pendiente promedio del 6,6%. Los 3 km que anteceden a la Ermita del Remedio son los más duros, con rampas de dos dígitos en todos ellos y con el km más duro al 10%.
El asfaltado es de los que dan gusto pisar, donde notas cómo la rueda se desliza placenteramente y tu mayor preocupación es la de mantenerle el pulso a la pendiente. Ojalá todos los puertos de montaña contaran con este asfaltado.
Si eres amante de ascensos repletos de curvas de herradura, esta es una opción que no te decepcionará.
El puerto de El Portixol se encuentra en el sur de la provincia de Valencia, en la localidad de Ontinyent. Desde ahí nos esperan 7,8 Km con un promedio no muy exigente, del 4,9%, y un desnivel de 386 m. La parte más exigente se encuentra en los últimos 2 km, con un promedio que ronda en torno al 7%.
En este puerto nos envolveremos entre pinares y monte en un camino que se nos hará bastante agradable en todo momento. Aunque no cuenta con una cima de esas que te lleva a perderte en la inmensidad del paisaje, durante el camino nos sentiremos siempre bien resguardados.
L’Oronet es otro de esos puertos hechos para ser coronados por cualquier ciclista con un mínimo de experiencia en la carretera. Con algo menos de 6 km y una pendiente media de 4,5%, raras serán las ocasiones en las que nos encontramos con alguna rampa de dos dígitos. De hecho la pendiente máxima es del 10%, y se da de forma muy puntual.
Por lo demás, la ascensión se da de forma bastante progresiva, a excepción del segundo km, donde nos encontraremos con un pequeño descansillo. El km más duro se sitúa en un superable 6%.
Es uno de los puertos más frecuentados por los valencianos, con la carretera en muy buen estado y con poco tráfico en la mayor parte del ascenso.
Puerto engañoso si lo miramos desde un punto de vista meramente cuantitativo: algo más de 7 km con un promedio del 6,4% merece inicialmente un respeto pero no estaría en la lista de puertos durísimos. Sin embargo, las cifras engañan: sus 3 primeros km son tan duros que por sí solos podrían considerarse un puerto.
Con multitud de rampas de dos dígitos, el primer km de ascenso es una pesadilla. Constantes rampas por encima del 15% con algún pico que alcanza el 23% nos ponen a prueba desde los primeros compases. Superado el primer km tenemos un breve tramo de descanso para proceder a 1,5 km tremendamente duros, con pendientes que vuelven a rodar del 15 al 20%.
Si somos capaces de superar ese tramo, el resto supondrá un mero trámite, a excepción de un nuevo sector con rampas terribles que se encuentra a la altura de la Casa de Tarsan.
Si quieres conquistarlo, lo encontrarás ubicado en la pista forestal entre Villalonga y l’Orxa que asciende por el circo de la Safor. El inicio se sitúa en la font de la Reprimala, donde no estará de más asegurarse que llevamos los bidones bien cargados.
Puerto que claramente podría dividirse en dos partes, la que va desde Villalonga hasta la Urbanización de La Llacuna, y la que lleva desde esta última hasta la cima del puerto, a 700 metros de altura. El primer tramo es claramente el más exigente, con 5 km en los que nos encontraremos con constantes rampas de dos dígitos y con una pendiente promedio que supera con creces el 8%. Especialmente duro es el segundo km, el más duro de todos, con un promedio del 9,5%. No tendremos apenas respiro, con un ascenso muy constante hasta alcanzar La Llacuna.
A la salida de la urbanización, cambiaremos de carretera con un asfaltado más amplio y en muy buen estado. Con alguna rampa puntual por encima del 15, el resto del camino supondrá un plácido paseo antes de alcanzar el alto del puerto, que no alberga unas vistas especialmente destacadas. El interés de este puerto estriba más en la dificultad de su ascenso más que en la belleza paisajística.
Terminamos este top 10 con un puerto que, aunque desconocido, es especialmente interesante. En realidad es un pack: tres ascensiones encadenadas a lo largo de 23 km, con una variedad de paisajes, trazados y asfaltado tan grande que hace que se haga tremendamente ameno.
Además, es, de los puertos seleccionados, el que nos llevará a mayor altitud, casi 1.300 metros. Por norma general no nos encontraremos con rampas muy duras, siendo la primera de las ascensiones la que implica un mayor esfuerzo, pero de la que podremos recuperarnos al afrontar un tramo de descenso antes de volver a enfrentarnos con un nuevo tramo de pendientes.
El inicio de la ascensión arranca al pasar el puente sobre el río Turia a la salida de Ademuz. La carretera se encuentra en líneas generales en buen estado, si bien el último tramo se vuelve algo más pestoso y donde se nota cierto deterioro. A lo largo del camino nos encontraremos con muy poco tráfico, ideal para conquistar este puerto que guarda diferencias muy significativas con el resto.