Todos necesitamos beber y más cuando estamos practicando deporte. Hay personas que sienten sed rápidamente cuando hacen ejercicio y otras que prácticamente nunca notan esa sensación. Lo más recomendable es marcar una pauta, por ejemplo, tomar unos sorbos cada media hora mientras estás sobre la bicicleta y aprovechar las paradas para a rellenar tu botella, con este pequeño truco, evitarás tener sensación de pesadez ya que el agua se digiere mejor.
Si crees que no te vas a acordar de ir bebiendo cada treinta minutos, puedes poner una alarma en tu reloj o en tu teléfono para que te avise que ya es el momento de tomar unos sorbos de agua. Así, evitarás olvidarte de beber y conseguirás mantenerte hidratado durante el trayecto.
No olvides llevar tu cantimplora llena de agua. Muchas personas, que no están acostumbradas a hacer deporte de forma habitual, creen que es lo mismo beber agua que tomarse zumos de fruta o incluso refrescos. Pero este tipo de bebidas contienen grandes cantidades de azúcar y lo que consigues al consumirlas es introducir en tu cuerpo grandes cantidades de glucosa o edulcorante y ninguna de las dos opciones es buena.
El exceso de azúcar no solo te puede perjudicar en cuestiones de aumento de peso, también puede acabar causándote problemas con la hidratación, debido a que te dará mayor sensación de sed y estarás todo el tiempo deseando beber. En cuanto a los edulcorantes, correrás el riesgo de sufrir gases o diarreas (entre otros problemas) ya que, consumidos en exceso, terminan por irritar mucho el estómago.
Por supuesto, las bebidas con gas deben de quedar totalmente descartadas, pueden causar problemas gástricos y hacer que pedalear sea muy incómodo. Lo único aceptable a parte del agua, pero no en la misma medida (nunca podemos sustituir el agua y sus beneficios), son las bebidas isotónicas.
Si eres de esas personas que sudan mucho durante la práctica de deporte, necesitas recargar con algo más que líquidos para poder seguir al cien por cien. En estos casos te recomendamos las bebidas isotónicas, pensadas para ayudarte a reponer las sales minerales que estás perdiendo con el esfuerzo de la ruta.
Combinar el uso de bebidas isotónicas con el del agua pura, es perfecto para completar tu necesidad de líquidos.
Hoy en día, ambas bebidas se encuentran en prácticamente todos los supermercados y bares pero, si lo prefieres, también puedes encontrarlas en polvo, es decir, sobres que se añaden al agua y que la convierten en una bebida reparadora. Como estas dosis no pesan prácticamente nada, puedes llevarlos en tu mochila para utilizarlos cuando sea necesario o cuando te apetezca tomar una bebida diferente al agua.
Cuando pares para comer, aprovecha para rellenar tu cantimplora de agua con agua mineral o para hacer provisión de bebidas isotónicas. No cargues con más de lo que vas a necesitar para tu ruta ya que, cuanto más ligero vayas, más fácil te resultará pedalear hasta la siguiente parada.
Evita comer alimentos muy salados que puedan causar una retención de líquidos, apuesta por la comida fresca como pueden ser las verduras o las frutas que serán un plus para tu hidratación. Con esto, conseguirás que tu necesidad de consumir líquidos sea menor. Recuerda que la cafeína puede hacer que necesites más líquidos provocando que tengas que orinar con más frecuencia, así que te recomendamos evitarla dentro de lo posible.
El agua de las fuentes puede ser muy tentadora pero debes tener cuidado antes de consumirla. Se la ve fresca y natural pero, cuando no conoces la zona, no puedes saber si es apta para el consumo humano. Incluso si no ves ningún cartel advirtiendo que el agua no es potable, te recomendamos que no la consumas, puede que el cartel no esté porque realmente puedes tomarla o porque todavía no se haya instalado.
Es más, no deberías beber de una fuente ya que tu organismo no está acostumbrado a ese tipo de agua y sus cualidades podrían provocarte malestar. Algunas aguas son muy ricas en determinados minerales o tienen algunos añadidos de la tierra que vienen dados por la zona en la que nace el cauce. Tu cuerpo no está acostumbrado a este tipo de materiales por lo que podría hacer que acabes teniendo problemas gástricos, incluso una diarrea que podría causarte problemas durante el trayecto.
La solución perfecta es llevar pastillas potabilizadoras siempre en tu mochila, te asegurarán que puedas consumir agua sin riesgos. También te aconsejamos comprar agua embotellada en alguno de los pueblos por los que pase tu ruta, esta no es la solución más ecológica, pero es sin duda, la más segura cuando estás viajando, ya que el malestar por consumo de agua puede transformar la mejor de las experiencias en una francamente horrible.